Los 7 domingos de San José

La Iglesia, siguiendo una antigua costumbre, prepara la fiesta de San José, el día 19 de marzo, dedicando al Santo Patriarca los siete domingos anteriores a esa fiesta en recuerdo de los principales gozos y dolores de la vida de San José. En concreto, fue el Papa Gregorio XVI quien fomentó la devoción de los siete domingos de San José, concediéndole muchas indulgencias; pero S.S. Pío IX les dio actualidad perenne con su deseo de que se acudiera a San José, para aliviar la entonces aflictiva situación de la Iglesia universal.

Se rezan las siguientes oraciones al finalizar las misas de cada domingo:

1º Domingo (4 febrero 2018)

Primer dolor y gozo:   Mateo, 1. 18-25

“Glorioso San José, esposo de María Santísima. Como fue grande la angustia y el dolor de tu corazón, en la duda de abandonar a tu Santísima Esposa, así fue inmensa la alegría cuando te fue revelado por el Ángel el soberano misterio de la salvación”

– Por este dolor y este gozo, te pedimos que nos concedas la gracia de tu consuelo en las tentaciones de tristeza.

Gloria al Padre …

2º Domingo  (11 febrero 2018)

Segundo dolor y gozo:   Lucas, 2. 1-7

“Dichoso Patriarca San José, elegido para cumplir los oficios de padre cerca del Verbo Humanado. Grande fue tu dolor al ver nacido a Jesús en tan extrema pobreza, pero este dolor se cambió en gozo celestial al oír los cantos de los ángeles y contemplar el resplandor de aquella luminosa noche”.

– Por este dolor y este gozo, te pedimos que nos enseñes a ayudar a los demás.

Gloria al Padre …

3º Domingo  (18 febrero 2018)

Tercer dolor y gozo:   Lucas 2, 21,

“Glorioso San José, ejecutor obediente de la voluntad de Dios. La sangre preciosa que en la circuncisión derramó el divino Redentor, te traspasó el corazón; pero el nombre de Jesús, que se le impuso, te llenó de consuelo”.

– Por este dolor y este gozo, te pedimos por todas las familias, para que sus hogares sean luminosos y alegres.

Gloria al Padre …

4º Domingo  (25 febrero 2018)

Cuarto dolor y gozo:   Lucas, 2. 22-35

“San José, modelo de fidelidad en el cumplimiento de los planes de Dios. Grande fue tu dolor al saber, por la profecía de Simeón, que Jesús y María estaban destinados a padecer; más este dolor se convirtió en gozo al conocer que los padecimientos de Jesús y María serían causa de salvación para innumerables almas”.

– Por este dolor y este gozo, te pedimos que nos enseñes a cumplir nuestros deberes y santificar nuestro trabajo.

Gloria al Padre …

5º Domingo  (4 marzo 2018)

Quinto dolor y gozo:

“Glorioso San José, custodio y familiar íntimo del Verbo de Dios Encarnado.

Grande fue tu sufrimiento para alimentar y servir al hijo del altísimo, sobre todo en la huida a Egipto; de igual manera fue grande tu alegría al tener siempre en tu compañía al mismo hijo de Dios y ver como caían en tierra los ídolos de Egipto.

Por este dolor y este gozo, te rogamos nos alcances la Gracia de que, huyendo de las ocasiones de pecado, venzamos al enemigo infernal y hagamos caer de nuestro corazón todo ídolo de pasiones terrenas, para que ocupados en servir a Jesús y a María , vivamos únicamente para ellos y tengamos una muerte feliz.

Gloria al Padre …

6º Domingo (11 marzo 2018)

Sexto dolor y gozo:   Mateo 2, 19-23

“Glorioso San José, que viste sujeto a tus órdenes al Rey de los Cielos. Si tu alegría al regresar de Egipto se vio turbada por el miedo a Arquelao, después, al ser tranquilizado por el Ángel, viviste contento en Nazaret con Jesús y María”.

– Por este dolor y este gozo, te pedimos que nuestras casas sean hogares luminosos porque está Dios y alegres porque confiamos en el Señor.

Gloria al Padre …

7º Domingo (18 marzo 2018)

Séptimo dolor y gozo:   Lucas 2, 40-52

“San José, ejemplar de toda Santidad. Grande fue tu dolor al perder, sin culpa, al niño Jesús, y haber de buscarle, con gran pena durante tres días; pero mayor fue tu gozo cuando al tercer día lo hallaste en el templo en medio de los Doctores”.

– Por este dolor y este gozo, te pedimos que nunca olvidemos que Dios siempre nos perdona cuando nos arrepentimos y empezamos de nuevo.

Gloria al Padre …

San José

San José. Capilla barroca. Sobre el arco de acceso a la capilla en el interior. Óleo s. XIX-XX.

 

Es un caso excepcional en la Biblia: un santo al que no se le escucha ni una sola palabra.

No es que haya sido uno de esos seres que no hablaban nada, pero seguramente fue un hombre que cumplió aquel mandato del profeta antiguo: «Sean pocas tus palabras».

Quizás Dios ha permitido que de tan grande amigo del Señor no se conserve ni una sola palabra, para enseñarnos a amar también nosotros en silencio. «San José, Patrono de la Vida interior, enséñanos a orar, a sufrir y a callar».

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