¡No es fácil!
Unos… ¡están tan altos!
Otros, apenas asoman sus cabecitas en bajorelieve en el retablo donde se hallan; algunos más se esconden entre las escayolas barrocas fingiendo ser figuras legendarias, pero no, son ángeles, inquietos querubines y serafines.
Y de entre las molduras del palentino retablo parecen querer escapar varios más, ya con medio cuerpo fuera, deseando volar y llegar hasta la preciosa clave, donde un querubín, obra de un gran escultor, Julio Capuz, se apresta a descender con una palma de oro hacia la niña Bárbara, muy seria en el transparente del altar, pero muy alegre de verse rodeada por cientos de ángeles.
¿De cientos…? Si, contad, contad.
Aun se esconden otros entre el manto de la Virgen y en los cuadros de los santos. Y hasta algún arcángel se cobija en los huecos de los pilares, son Miguel, Gabriel y Rafael y el Custodio de nuestra ciudad, juegan a ser niños… Contad!
Y entre todos ellos, dos permanecen muy quietos en su guardia ante una Virgencita muy joven. Es la Madre de su Dios. Y agitan sus alas para permanecer casi en el aire, siempre, ante Ella.
Pero… ¿que se ve en sus alas? ¡ Hay algo escrito!.
Son tallas centenarias a pesar de su infantil figura. Han visto pasar ante ellas los años, hombres, lugares, celebraciones y guerras. También el esfuerzo de gente buena volviendo a reconstruir su casa: el retablo.
Y así, por ellos, conocemos el nombre de quienes trabajaron hace casi doscientos años. Y es fácil imaginar a Juan Cuseriola, por Palencia, con muchas prisas o con mucho frío, pues no lo encuentran. Alguien lo buscaba para encargarle el trabajo y al no encontrarlo, el 22 de diciembre, casi ya en la Navidad de 1854, escribe en la madera a medio devastar: “donde lo encuentre darle para la firma y el presupuesto”.
Casi cien años después el maestro Diez y su oficial Ernesto López tienen en sus manos la rota figura del ángel. Fechas difíciles. El 26 de marzo de 1935. Solo un comentario aclaratorio: “se juntó”.
Pues… visitar San Juan del Hospital. Entrar en la capilla del santísimo, y allí, en silencio, contad los ángeles y cantad con ellos. Luego, si ya sabéis el número, escribidnos al e-mail: comunicacion@sanjuandelhospital.es o dejad una nota en las oficinas… quizá ganéis un premio, una visita acompañada de expertos a todo el recinto, o unos libros, o una reproducción de los ángeles… ya veremos!.
Puedes contemplar la Capilla en la visita virtual y en la galería fotográfica.