Visita
Puntos de interés – Interior de la iglesia
1. Capilla de San Ferreol
La actual entrada a la nave de la iglesia es la antigua capilla de San Ferreol o de los Almela; contiene un vaso funerario que pertenecía a la familia Almela, que lo adquirió de sus primeros usuarios. Fue dañada durante el bombardeo de la Guerra de Independencia. Las dovelas de los arcos de su bóveda de crucería fueron numeradas, desmontadas y guardadas, para poder usar la estancia. Su último uso fue como sala de máquinas del cine SARE, que se instaló en la iglesia durante la década de los 60 del siglo XX.
En los primeros años del siglo XXI fue recuperado el espacio original y reconstruida la bóveda. Las dovelas y secciones pétreas, incluida la clave, habían sido halladas durante el desescombrado del patio sur, durante un campo de trabajo universitario del año 1994-95. Se investigó y estudió la posibilidad de su reconstrucción a partir de las ménsulas aun ubicadas en su lugar y que coincidían con la numeración original intacta de las piezas halladas.
2. Tramadas del antiguo atrio, capilla de la Virgen de los Estudiantes (siglo XV)
Se trata de un tramo del antiguo atrio que servía de paso del patio norte al patio sur y formaba parte de una calle. Se accede bajo un arco conopial, de elementos reutilizados. El espacio está formado por dos tramos de bóveda de crucería que están descentrados y son asimétricos. En las ménsulas, donde se apean los arcos, y en las claves, hay decoración de armas y de escudos nobles: los Mascarell. Sobre la techumbre semiderruida de esta capilla aparecieron unas ánforas acústicas, que se encuentran en la sala de exposición del museo y que servían para aligerar la carga de las bóvedas y dotar de sonoridad al recinto.
3. Imagen de Nuestra Señora la Virgen de los Estudiantes
La antigua capilla de los Mascarell tiene ahora una advocación muy celebrada por muchas valencianas y valencianos, colegiales, universitarios y opositores: Nuestra Señora la Virgen de los Estudiantes. Se trata de una talla de madera policromada de autor desconocido, perteneciente a los siglos XIII o XIV. La Virgen María aparece sedente, con el niño Jesús en su rodilla izquierda. Muestra, en su radiante colorido y simplicidad de líneas, la interpretación popular de otras formas más cultas. Destaca el contraste entre la impasibilidad de la Virgen y la humanización y movilidad del Niño.
La escultura tiene una historia curiosa. Fue encontrada en 1967 por unos cazadores en un refugio del pueblo de Rada de Haro (partida de Belmonte, provincia de Cuenca). Se hallaba en una corraliza, junto a maderas y leña, y fue adquirida al pastor del refugio por lo que les pidió: dos jamones que acababan de adquirir en un pueblo y el dinero que disponían (unas 1.500 pesetas). Faltaban en la talla la mano derecha y la corona, había algún pliegue astillado y la policromía era casi inapreciable. En 1968 fueron reintegradas la mano derecha y la corona, y posteriormente fue restaurada en 1975 por J. Esteve Edo y policromada por A. Barat.
4. Capilla del Calvario
La capilla fue originalmente la capilla de los Maçeros del Ayuntamiento, que tenían bajo el altar el acceso a su sepultura: una gran cripta. Actualmente se ha dedicado al Cristo de las Penas, titular de la Antigua Cofradía del mismo nombre que tenía su lugar primitivo en el Tránsito. Era una advocación de gran tradición en las celebraciones de la Semana Santa desde los siglos XIV-XV y tenía encomendada la asistencia a los presos de la cárcel.
Las imágenes que componen el Calvario son de gran interés artístico. Adquiridas a un anticuario en la década de los 70 del siglo XX, fueron restauradas: bajo las capas de múltiples retoques, apareció y se recuperó la policromía original, de gran belleza.
La Virgen y San Juan son del siglo XII, realizadas en madera de boj u olivo de una sola pieza sin ensamblajes; talladas ciñéndose a la estructura del tronco, ligeramente curvada hacia la izquierda, lo que origina un leve movimiento que les da gracia y volumen. La policromía imita la textura de las telas de la época, con motivos vegetales y oro en los detalles. La talla de San Juan coloca el brazo derecho apoyado en el rostro: expresión máxima de dolor que se permitía en la representación de los personajes que acompañaban a la divinidad, y que quedó como distintivo de la figura de San Juan durante siglos.
La imagen del Cristo crucificado sobre un Árbol-cruz es del siglo XIV. La talla es probablemente de frutal mediterráneo, compuesta por el ensamblaje de tres piezas: el cuerpo central y los brazos. Tiene la cabeza inclinada al estilo franciscano, con arruga frontal sindónica. En la parte posterior se percibe una oquedad, recubierta de tela y estuco, que se usaba como relicario. La forma del “perizoma” o paño de la pureza, corto, anudado al lado derecho, determina la época de la realización de la figura, dado que la longitud de la caída de la tela fue admitida corta de longitud, en el siglo XIV. Es de color azul claro con atrevido dibujo en plata, de marcada influencia italo-bizantina.
La cruz conserva sus características de árbol, con el brote de las ramas. Policromada en gris verdoso pálido con pequeñas florecillas en rojo y azul oscuro, representa la victoria de Cristo sobre la muerte. El INRI es una tablilla de madera tallada en forma de pergamino enroscado en los extremos y policromada en blanco y cadmio, letras en azul cobalto claro y oro en los bordes, tan diferente de la tradición de esta tablilla.
5. Capilla de San Pedro (retablo de los siglos XIV-XV)
Retablo anónimo, de origen pirenaico catalano-aranés, realizado con estofado en oro y rica policromía. La tabla central representa a San Pedro que ostenta las Llaves del Reino de los cielos como atributo. Las escenas laterales no hacen referencia a la imagen central, sino más bien a la vida de la Virgen: Anunciación, Natividad, Adoración de los Reyes y Ascensión al cielo. En el pináculo, la Crucifixión. En todas ellas María está presente. Lo rodea un guardapolvo o “polsera”, hecho posiblemente con tablaje de alguna techumbre derruida y desmontada, con policromía y motivos más cercanos al siglo XV.
6. Capilla de la Virgen María Madre de Dios
Históricamente esta capilla fue fundada por el caballero Berenguer de Peramola en 1401, bajo la advocación de San Dionisio y Santa Margarita, como dejó escrito en su testamento. De hecho en esta capilla había un bellísimo retablo dedicado a estos santos (pintado por el Maestro de Cabanyes, entre 1505 y 1510), que en 1939 fue trasladado al Museo Diocesano y en la actualidad está ubicado en una capilla de la girola de la catedral de Valencia.
La capilla recibió otras advocaciones a lo largo de su historia: hasta 1936, de la Virgen del Remedio; y más recientemente, desde 2015, de la Virgen del Buen Reposo o de la Leche. El óleo anónimo del siglo XVIII con esa imagen, a la que se acogen las jóvenes esposas y madres, se trasladó en 2022 a la capilla de san Josemaría. En su lugar se puso una imagen de la Virgen de los Desamparados, realizada ese año por el artista valenciano Pedro Arrúe.
La imagen fue donada a San Juan del Hospital por una persona allegada al templo. Recrea una mujer vestida de sol y coronada con estrellas, con la azucena, símbolo de la virginidad de María. En su brazo izquierdo reposa el Niño, cargado con la cruz, símbolo de la redención. A sus pies, dos niños ratifican la advocación de Madre de los Inocentes, Mártires y Desamparados.
La imagen está inspirada en la escultura primitiva de la Virgen de los Desamparados del siglo XVI, que estaba desprovista de peluca, manto y otros elementos ornamentales. De esta manera, y atendiendo a los cánones estéticos de la época, la Virgen cuenta con el rostro ovalado de ojos caídos y el pelo recogido al uso antiguo, con el peinado estofado en oro fino.
7. Losas sepulcrales (siglos XVII y XVIII)
En el centro de la nave pueden verse varias lápidas en mármol negro con embutidos en mármol blanco de la Cruz de Malta, escudos y títulos de Frèires o Caballeros de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Algunas de ellas, desubicadas de su lugar de origen, se han colocado en la Capilla penitencial al fondo del templo.
8. Presbiterio
El presbiterio es octogonal, del que se aprecian cinco de sus lados, al más puro estilo nacido en las construcciones del Santo Sepulcro en Jerusalén. La bóveda de plementería mudéjar se encuentra perfecta y es la original. Tres alargadas ojivas rasgan los muros centrales, se cierran con alabastro o “pedra de llum”.
9. Columnas del arco toral (siglos III y X)
Los dos tramos inferiores de los fustes anillados de las columnas torales, que enmarcan el presbiterio del templo, son de mármol blanco de factura romana. Posiblemente jalonaban la spina del circo en el siglo III, y fueron reutilizados, del mismo modo que las lápidas y otros restos, que aún se hallan situadas en la calle del Trinquete de los Caballeros y en la cripta de Santa Bárbara.
Los fustes superiores de las columnas son de mármol rosa con capitel de nido de abeja, de la época califal del siglo X. Son idénticas a las que se hallan en el Palacio de Medina Azahara en Córdoba y en el museo de la Alhambra de Granada, que provienen del mismo palacio. En el fuste del lado sur, pintado en rojo oscuro sobre el mármol, hay un signo hebreo que representa la hiedra (el pecado que se enreda entre los pies).
10. Bandas San Juanistas rojas y blancas (siglo XIII)
En el ábside, sobre los sillares de dos paños centrales, se perciben las bandas verticales bicolores, rojas y blancas de la orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Solían distinguir las tiendas de sus campamentos, las insignias en las batallas y las velas de sus naves. Son pinturas originales del siglo XIII realizadas con técnica del temple a la cola, sin preparación. Alcanzan una altura de 6 metros y cada banda tiene una anchura de 8 cm.
11. Imagen de Nuestra Señora del Milagro
Preside el presbiterio una imagen de Nuestra Señora del Milagro. Se trata de una escultura en piedra tallada por José Esteve Edo en 1974, y policromada por Antonio Piró. Es una réplica ampliada de la que se encuentra en el Museo Diocesano de la Seo de Valencia procedente de San Juan del Hospital. La original es de gran valor por su antigüedad, fue traída en 1238 por los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, durante la conquista de Valencia. Se conserva documentación sobre ella desde 1245.
La constitución de la Antigua Cofradía de la Virgen del Milagro fue aprobada por el obispo D. Hugo de Fenollet el 30 de abril de 1356. Posteriormente sería confirmada por el rey Pedro IV, quien la incluyó en un real privilegio dado en Valencia el 10 de junio de 1371.
Por espacio de mucho tiempo tuvo el pueblo valenciano gran devoción a esa imagen, de la que Alfonso del Castillo de Solórzano en su «Sagrarios de Valencia», libro impreso en el año 1635, dice: «Es devotísima y hace muchos milagros cada día según se ve en muchas presentallas que tiene». La Virgen del Milagro tenía misa propia, según consta en el Misal valenciano de 1509. Prueba de lo estimada que era, el papa Adriano IV había concedido en 1552 privilegio de “indulgencia plenaria” a quien pronuncie una jaculatoria ante ella.
En la obra: «La pobreza estimada» de Lope de Vega, un náufrago invoca a Nuestra Señora del Milagro:
«… i valedme, Virgen bella,
mas pura que los ángeles.
Estrella de la mar, valedme ahora,
Virgen que del Milagro
os llaman en Valencia.
¡Sacadme a tierra…»
El 23 de mayo de 1971, D. José Maria García Lahiguera, arzobispo de Valencia, la bendijo y entronizó de nuevo en San Juan del Hospital. Hay otras dos réplicas de la Virgen del Milagro: en el Tránsito de entrada al patio norte; y en la capilla funeraria del patio sur (esta es copia exacta de la original, tal y como se conserva en el Museo de la Catedral de Valencia).
12. Imagen de San Juan Bautista
El autor de la escultura en bronce es Alfredo Biagini (Italia, 1886), de la escuela naturalista italiana. Donada a la iglesia de San Juan del Hospital por el infante de España D. Luis de Baviera, quien por medio del Duque de Hernani, Presidente de la Soberana Orden de Malta para la lengua de España, la entregó al Marqués de Baldoví, D. Javier Manglano, para efectuar su traslado a Valencia el 14 de julio de 1970.
13. Sillería del siglo XV
Según los datos que se disponían hasta el año 2022, se creía que podía proceder del Monasterio de San Benito de Calatayud del siglo XII, anejo al Monasterio de benedictinos de Oña. Un estudio realizado en el año 2022 por el doctorando Voravit Roonthiva, de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, argumenta que puede provenir de la iglesia parroquial de Santa María de Agramunt (Urgell). Fue adquirida, en muy mal estado, por los Barones de la Real Jura, Exmos. Sres. D. Luís de Muller y de Ferrer, y su esposa, Doña Blanca de Morenés y Carvajal.
En 1996, su hijo, D. Jaime Muller y Morenés, la ofreció para el templo a D. Manuel de Sancristóval y Murua, rector de la iglesia de San Juan del Hospital. En aquel año se trasladaron las 13 piezas para ser ensambladas y restauradas al taller de carpintería de los Hermanos Arnal Domingo, en Serra (Valencia). La sillería original fue tallada en madera de roble de Flandes; las piezas añadidas en la restauración, en madera de roble francés.
14. Primitiva capilla de Santa Bárbara
El desarrollo de la devoción a Santa Bárbara en occidente está vinculada a la figura de la emperatriz Constanza de Grecia. A su llegada a Valencia tras enviudar, fue acogida por el rey Jaime I, al que le unían vínculos familiares. La emperatriz profesaba una gran devoción a Santa Bárbara; devoción que propagó por diversos lugares y trascendió en el tiempo. Dispuso ser enterrada en San Juan del Hospital y así se cumplió a su muerte en 1307, siendo enterrada en una capilla construida entre los contrafuertes del lado sur del ábside.
En la clave de la bóveda de crucería puede verse el “Águila gibelina”, escudo de los Hohenstaufen. Los capiteles de las columnillas adosadas se adornan con aguiluchos, emblema de la casa de Sajonia o baja Austria en el siglo XIII, que correspondía a la enseña del emperador Federico II, padre de Constanza. Conserva un gran ventanal con delicada tracería tripartita, cerrado con alabastro. El plinto es alto con reminiscencia italiana en la labra: las lágrimas de San Francisco o Tau.
En el suelo de la capilla se encuentra una losa por la que se puede acceder al “pudridero”. Es un espacio de planta rectangular cubierto con bóveda de cañón de reducidas dimensiones (1,80 m de largo, 0,70 m de ancho y 0,90 m de altura). Aquí fueron depositados los restos mortales de Constanza a partir del 15 de abril de 1307, día en que falleció, para posteriormente colocarse en una arqueta u osario. Actualmente se ha colocado una pila bautismal en piedra.
15. Capilla de San Francisco de Asís
La capilla entre los contrafuertes del lado norte del ábside fue construida entre los siglos XIV y XV. Estuvo ahí el enterramiento del Conde de Peñalva, mayordomo real. A la capilla se accede por un arco formero trilobulado de gran altura y con capiteles de decoración vegetal. Lo más interesante es la bóveda con la que se cubre. Se trata de una bóveda de crucería en la cual los nervios se entrecruzan formando un nudo; solución de gran audacia constructiva por parte del maestro de obras, ya que une la cubierta con los muros, algunos al parecer preexistentes, con una gran conocimiento de la estereotomía de la piedra, que muestra un gótico muy maduro.
En lo alto del muro oeste hay una abertura que da paso a una “cámara oculta” sobre la capilla de las pinturas murales; es otra capilla de idénticas dimensiones, a la que sólo se podía acceder por una antigua escalera de caracol, situada en el interior del muro, o a través de la pequeña abertura a unos siete metros de altura. Este lugar, llamado también “reconditorio”, servía para ocultar el Santísimo Sacramento, las reliquias de los santos o joyas de las imágenes. En las órdenes religioso-militares, se usaba a veces como calabozo. En el siglo XIX se situó el archivo de la iglesia.
Es una cámara de bóveda apuntada, que posee un arco transversal ojival sobre el que descarga el muro oeste de la torre del campanario, obra del siglo XVII. Desde la cámara oculta arranca la escalera de caracol de subida a la sala de las campanas. Actualmente el campanario no conserva las campanas.
16. Capilla de San Miguel Arcángel o de las pinturas murales (siglo XIII)
Dedicada al Arcángel San Miguel, una advocación que Jaime I gustaba repetir en sus fundaciones. Esta capilla corresponde a la misma etapa constructiva de la puerta románica del patio norte, es decir, a la mitad del siglo XIII. Se trata de una capilla cubierta con bóveda de cañón apuntado (aunque primero fue de cañón semicircular, como se ha visto en los trabajos de restauración), y en su muro norte se abre la rasgadura románica que apreciamos desde el exterior.
Lo más interesante de esta capilla son las pinturas que la decoran, consideradas una joya dentro de la pintura medieval valenciana. Han sido fechadas en las últimas décadas del siglo XIII. Interesantes no solo desde el punto de vista artístico, sino también desde su singularidad dentro del terreno de la pintura parietal de la época en el Reino de Valencia. De los posibles autores poco se sabe, pero al observar con detenimiento esta obra podemos hablar de un pintor de extremada calidad y delicadeza técnica, en cuanto a formas y a matices, que utiliza un procedimiento de pintura al temple pero con componentes grasos (casi de pintura al óleo, algo muy posterior y que resulta muy avanzado para su tiempo), para dar veladuras, rematar detalles, etc. También se percibe influencia bizantina en cuanto al estilo y mensaje iconográfico.
Su mensaje iconológico es la Alianza de Dios con los hombres. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. Pero su dedicación a San Miguel Arcángel, hace que en el frontal estuviera representada la batalla de los ángeles referida en el apocalipsis.
17. Capilla de la Pasión o de los Joan -Torres (retablo de J. Cósida, siglo XVI)
Construida en el siglo XV por Pere Balaguer como la primera capilla añadida en el lado norte de la nave. Es un espacio rectangular de cinco metros de lado por cuatro de ancho, cubierta por bóveda de crucería, cuyos nervios de piedra convergen en una clave central y parten de cuatro ménsulas historiadas con motivos heráldicos de Joan-Torres. Originalmente tuvo advocación del Santo Crucifijo, para más tarde ser dedicada a la Inmaculada Concepción, cuando fue constituida como Capilla Castrense, hasta que ésta se trasladó a Santo Domingo.
En ella está ubicado el retablo de la Pasión de Jerónimo Vallejo Cosida, renacentista. Fue un artista aragonés manierista que realizó este retablo por contrato del 20 de diciembre de 1578, como encargo del Ilmo. D. Antonio García, obispo de Útica (Cartago) para el altar mayor de la Colegiata de Valtorres (Teruel). El ilustre personaje figura en la predela, así como su escudo de armas en los ángulos superiores del retablo.
18. Losa-escudo en mármol blanco de la familia Joan-Torres
Familia de origen bizantino e italiano, que llegó al Reino de Valencia a finales del siglo XIII, acompañando a la emperatriz Constanza de Grecia. Un escudo en mármol blanco ostenta los símbolos de la estirpe. Es una losa de talla en bajorelieve que rodea el centro con una corona de laurel, sosteniendo un escudo de perfil suabo o de la Baja Austria, con los motivos heráldicos de la familia Joan-Torres (de origen imperial): Cuartelado en sovter con torres y águilas.
19. Capilla de San Josemaría Escrivá de Balaguer
En el lado norte de la nave, la capilla del medio fue construida en los últimos años del siglo XVII y se dedicó originalmente a los santos Cosme y Damián. Se llamó “capilla de los médicos”. Desde 2002 está dedicada a san Josemaría Escrivá de Balaguer, quien fue canonizado el 6 de octubre de 2002, en el mismo año del centenario de su nacimiento (9-I-1902). El fundador del Opus Dei aceptó la tarea de recuperar para el culto la iglesia de San Juan del Hospital, y en 1972 la visitó y consagró el altar mayor.
La imagen en bronce es obra del escultor Rafael Huerta Celaya, del siglo XX. Pesa 200 kg., mide 1’85 m. de alto más 4 cm. de pie-base. El pedestal, de piedra caliza, pesa 1.000 kg y mide 84 cm. de alto. La caracteriza el tamaño de las manos, algo mayor que el natural, en actitud de bendición y acogimiento, como quiso resaltar el escultor. Una replica en bronce, del mismo molde, se encuentra en una iglesia de Melbourne (Australia).
20. Capilla penitencial de la nave
La última capilla del lado norte de la nave se ha dedicado a capilla penitencial o de confesionarios junto con la instalada a los pies de la iglesia.
Esta capilla, que fue destruida durante el asedio de las tropas francesas a principios del siglo XIX, fue destinada, tras una somera reconstrucción, a despachos muy pobremente construidos. En el año 1969 se demolieron y se reconstruyó, siguiendo el canon de la fábrica gótica de la iglesia y tras haber hallado, bajo su recubrimiento neoclásico, los arranques de los arcos ojivales primitivos.
Un díptico en bajorrelieve del siglo XVII de escuela flamenca, que representa el calvario, adorna este espacio.
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