Que la Santa Navidad no sea nunca una fiesta del consumismo comercial, de la apariencia, de los regalos inútiles, o del desperdicio superfluo. Si no que sea una fiesta de la alegría, de acoger al Señor en el pesebre y en el corazón”. Papa Francisco, 22 de diciembre de 2014.
Una buena forma de acoger al Señor en el corazón y acercarse y preparar este encuentro con Él es en el Sacramento de la Penitencia o Confesión. Para facilitar a todas las personas este Sacramento, la Iglesia de San Juan del Hospital va a permanecer abierta al mediodía los días 23 y 24 de diciembre donde estarán varios sacerdotes disponibles en la capilla de los confesonarios.
Cercana ya la Navidad de 1980, San Juan Pablo II estuvo con más de dos mil niños en una parroquia romana. Y comenzó la catequesis: ¿Cómo os preparáis para la Navidad? Con la oración, respondieron los niños gritando. Bien, con la oración, les dijo el Papa, pero también con la Confesión. Tenéis que confesaros para acudir después a la Comunión. ¿Lo haréis? Y los millares de chicos, más fuerte todavía, respondieron: ¡Lo haremos! Sí, debéis hacerlo, les dijo Juan Pablo II. Y con voz más baja el Pontífice siguió: El Papa también se confesará para recibir dignamente al Niño Dios.
Pues bien, así lo debemos hacer cada uno de nosotros, en estos días que faltan para la Navidad. Y procuraremos llevarlo a cabo con mucho amor y confiando en la misericordia divina.