El Sacramento del Orden
San Pablo dice a su discípulo Timoteo: «Te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos» (2 Tm 1,6), y «si alguno aspira al cargo de obispo, desea una noble función» (1 Tm 3,1). A Tito decía: «El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené» (Tt 1,5).
El Orden es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del ministerio apostólico.
La palabra Orden designaba, en la antigüedad romana, cuerpos constituidos en sentido civil, sobre todo el cuerpo de los que gobiernan. Ordinatio designa la integración en un ordo.
Por el ministerio ordenado, especialmente por el de los obispos y los presbíteros, la presencia de Cristo como cabeza de la Iglesia se hace visible en medio de la comunidad de los creyentes. Según la bella expresión de San Ignacio de Antioquía, el obispo es typos tou Patrós, es imagen viva de Dios Padre.
Desde los orígenes, el ministerio ordenado fue conferido y ejercido en tres grados: el de los obispos, el de los presbíteros y el de los diáconos. Los ministerios conferidos por la ordenación son insustituibles para la estructura orgánica de la Iglesia: sin el obispo, los presbíteros y los diáconos no se puede hablar de Iglesia.
El obispo recibe la plenitud del sacramento del Orden que lo incorpora al Colegio episcopal y hace de él la cabeza visible de la Iglesia particular que le es confiada. Los obispos, en cuanto sucesores de los Apóstoles y miembros del Colegio, participan en la responsabilidad apostólica y en la misión de toda la Iglesia bajo la autoridad del Papa, sucesor de san Pedro.
Los presbíteros están unidos a los obispos en la dignidad sacerdotal y al mismo tiempo dependen de ellos en el ejercicio de sus funciones pastorales; son llamados a ser cooperadores diligentes de los obispos; forman en torno a su obispo el presbiterio que asume con él la responsabilidad de la Iglesia particular. Reciben del obispo el cuidado de una comunidad parroquial o de una función eclesial determinada.
Los diáconos son ministros ordenados para las tareas de servicio de la Iglesia; no reciben el sacerdocio ministerial, pero la ordenación les confiere funciones importantes en el ministerio de la palabra, del culto divino, del gobierno pastoral y del servicio de la caridad, tareas que deben cumplir bajo la autoridad pastoral de su obispo.
El sacramento del Orden es conferido por la imposición de las manos seguida de una oración que pide a Dios para el ordenando las gracias del Espíritu Santo requeridas para su ministerio. Corresponde a los obispos conferir el sacramento del Orden en los tres grados.
Respuestas a preguntas frecuentes
- ¿Qué es el sacramento del Orden?
- Es aquel mediante el cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos. Se compone de tres grados: el episcopado, el presbiterado y el diaconado.
- ¿Por qué se llama sacramento del Orden?
- Orden indica un cuerpo eclesial, del que se entra a formar parte mediante una especial consagración (ordenación).
- ¿Cuál es el oficio del obispo en la Iglesia particular que se le ha confiado?
- El obispo, a quien se confía una Iglesia particular, es el principio visible y el fundamento de la unidad de esa Iglesia, en la cual desempeña, como vicario de Cristo, el oficio pastoral, ayudado por sus presbíteros y diáconos.
- ¿Cómo ejerce el presbítero su ministerio?
- Aunque haya sido ordenado para una misión universal, el presbítero la ejerce en una Iglesia particular y que, en comunión con el obispo y en dependencia de él, tienen la responsabilidad de la Iglesia particular.
- ¿Cuál es el efecto de la Ordenación diaconal?
- El diácono, configurado con Cristo siervo de todos, es ordenado para el servicio de la Iglesia en el ministerio de la Palabra, el culto divino, la guía pastoral y la caridad.
- ¿Quién puede conferir este sacramento?
- Corresponde a los obispos válidamente ordenados, en cuanto sucesores de los Apóstoles, conferir los tres grados del sacramento del Orden.