El 2 de agosto, celebramos esta advocación mariana, pero a diferencia de otros títulos de Nuestra Señora, no tenemos noticia de alguna aparición, ni hay imagen determinada por cuya fama se haya instituido esta fiesta. La conmemoración de este día está relacionada con la dedicación de una iglesia y con la intervención de San Francisco de Asís, cuyo amor a Cristo y a su Santísima Madre dan origen a la Festividad de Nuestra Señora de los Ángeles. De ahí que, en lo general, no exista el prototipo de una imagen que se reproduce, como sucede en las otras adveraciones marianas, siguiendo un patrón en lo general. Podremos encontrar una producción variada y realmente hermosa de la Madre de Dios en compañía de los ángeles.

Salvo el episodio de la Anunciación, el Evangelio no narra otro suceso donde Nuestra Señora tenga trato directo con los ángeles, es la piedad cristiana la que, en algunos relatos píos, quiere que Ella conviva con los ángeles en algunos hechos de su vida, desde el nacimiento de Jesus, pasando por la huida a Egipto y así hasta antes de su propia muerte. Dejando de lado estos antecedentes, que pueden ser respetables, aparte de San Gabriel, no hubo ángel que tuviera interacción con Ella, salvo su ángel custodio. María es Reina de los Ángeles, criaturas llenas de santidad y perfección, porque así lo ha dispuesto Dios. Luego de su muerte y Asunción, al ser coronada por la Santísima Trinidad como Reina y Señora de la creación, los Santos Ángeles han quedado bajo su autoridad y ellos la aman y se gozan infinitamente de estar a su servicio.
Imagen de Virgen con Niño Jesús, s. XVIII en el oratorio auxiliar de la iglesia