Vamos a intentar responder a una de las habituales preguntas que hacen los visitantes del área cementerial de San Juan del Hospital.
Al sur de la iglesia del Conjunto histórico de San Juan del Hospital en Valencia, se halla el cementerio medieval del s. XIII. En lo que sería el centro de éste, se erige la pequeña capilla funeraria conocida por tradición como Capilla del Rey Don Jaime.
El Rey Conquistador, amigo del primer prior del Hospital de San Juan de Jerusalén en Valencia, Hugo de Folcalquier, habría oído misa en aquella capilla, construida en los primeros tiempos tras la conquista por otro de los caballeros sanjuanistas que participaron en ésta, Arnau de Romaní.
Esta pequeña construcción rectangular, de ábside románico y nave gótica, estaba abierta en sus tres arcos laterales de la nave. Así facilitaba la asistencia a las exequias fúnebres que en el la se celebraran.
Adosada al ábside había una pequeña, cerrada y simple construcción de muro bajo. Disponía de un pozo y una balseta con canalización de salida de aguas. Un recogido lugar en que los cadáveres eran depositados y preparados para las exequias fúnebres.
Los fallecidos pasaban luego a la capillita en su ataúd, o envueltos cuidadosamente en sudarios, o los más pobres en paja, para posteriormente ser sepultados bien bajo arco-solio, si pertenecían a una familia o gremio que disponía de alguno, o bien en el suelo del cementerio.
El hecho de dar sepultura a los muertos era, además de una de las obras de misericordia cristianas, una obligación para la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, que atendía a peregrinos enfermos, indigentes e incluso debía dar sepultura a los ajusticiados que nadie reclamaba. Así figura en la Consueta (o estatutos) establecido desde el s. XIII, justo en la época que se construye San Juan del Hospital en Valencia.
Una pintura de otra pequeña capilla funeraria, la del Hospital de Memling de San Juan de Jerusalén en Brujas, Holanda, nos ilustra estos cuidados.
Estas dos representaciones, realizadas en el s. XVII, muestran el complejo hospitalario de Memling con sus características tradicioneles, entre ellas la capilla funeraria en el centro de un espacio ajardinado; adosado a su cabecera se puede ver un pequeño y bajo recinto cuya utilidad era el aseo y preparación de los cadáveres antes de celebrar las exequias.
Los complejos hospitalarios se establecían cerca de corrientes de agua: arroyos, acequias o azudes, o se excavaban pozos o aljibes para disponer de agua limpia. Este grupo monumental de Holanda se levanta junto a un rio de considerable caudal como se aprecia en el grabado.
En el Conjunto de San Juan del Hospital de Valencia se han encontrado en el área cementerial del s. XIII, testimonios de todo ello: acequias, pozos, azucatch, vasos funerarios y numerosos restos de metal: herrajes, clavos, bisagras…etc. que pertenecieron a los ataudes.
Pero mas interesante aun son los restos de las construcciones adosadas al ábside de la capilla. Son muros de mampostería de la misma época de la edificación original. De poca altura y con un pozo (situado bajo el muro (¿) que lo separó de la totalidad del recinto desde el s.XVIII – XIX). Esos son los restos semiderruidos que se aprecian en la zona cementerial junto a la Capuilla del Rey D. Jaime. El pozo está tapado por peligrosidad.
En el plano adjunto pueden apreciarse las zonas de sondeos arqueológicos y lo que se encontró, señalado y ubicado el pozo y la balseta para agua.
Margarita Ordeig Corsini
Directora técnica del Museo del Conjunto Hospitalario de San Juan del Hospital de Valencia