La reconstrucción del miniconvento de las Madres Misioneras de Jesús Verbo y Víctima en el Santuario del Señor de la Ascensión de Cachuy, en Perú, será el proyecto al que se destinarán los donativos que durante este año se han recogido en la iglesia en favor de una causa social fuera de nuestras fronteras. Como en las ocasiones anteriores, el donativo procede de lo que entregan los niños que reciben su Primera Comunión, así como de las colectas de las bodas celebradas en San Juan del Hospital.

EL donativo, como cada año, se entregará al finalizar las comuniones de mayo, después de recoger los donativos que los niños que asisten a la catequesis de San Juan y que reciben su Primera Comunión, depositan de sus propios ahorros para este proyecto social, siempre con el permiso de sus padres y eligiendo libremente la cantidad. El año pasado, los donativos recogidos se entregaron a dos internados al noroeste de Perú que acogen a chicos y chicas procedentes de las comunidades de los ríos Napo y Putumayo.

Este año, el obispo de la Prelatura de Yauyos escribió a Don Carlos para hablarle sobre el proyecto de reconstrucción de una pequeña casa que pueda servir de hospedaje a las religiosas que tienen a su cargo la atención del Santuario de Cachuy, las cuales están usando un local provisional que tendrá que ser demolido para evitar accidentes. El Santuario del Señor de la Ascensión de Cachuy se trata de un importante lugar de peregrinación en la provincia, que recibe numerosas visitas durante el año y congrega en la semana de fiesta de mayo hasta 20.000 peregrinos.

Se pretende construir un nuevo alojamiento más resistente y duradero, con el fin de albergar a las religiosas durante la semana de fiesta y en las visitas periódicas. De esta manera podrán realizar sus funciones de adecuación de los espacios para la labor pastoral, acondicionar el templo para alojar a los peregrinos y la casa de los sacerdotes, o disponer el dispensario médico para la atención de los peregrinos después de la caminata, entre otras tareas.

En el Santuario, que recibe fieles de muchas partes de Perú, la labor pastoral se desarrolla a través de la catequesis y del sacramento de la Confesión. Sin embargo, dado que se trata de un caserío situado a 3500 metros de altura -en una montaña en plena cordillera de los Andes- al que solo se puede acceder a pie, rodeado de montañas y sin servicios de alojamiento, reconstruir el convento es la única vía para que los peregrinos puedan ser atendidos dignamente por las religiosas. Estos suben especialmente de noche, con linternas, para evitar el sol que quema durante el día. Un ascenso que suele durar de 6 a 12 horas de caminata, dependiendo del físico de cada peregrino.

Si queréis saber más de esta excepcional devoción que data del siglo XVII, os dejamos algunos enlaces sobre la fiesta del Señor de la Ascensión de Cachuy:

Yauyos, una aventura Divina/Señor de Cachuy

Peregrinos llegan al Templo milagros Señor de Cachuy

La imagen del Señor la Ascensión de Cachuy